jueves, 2 de enero de 2014

Helichrysum Stoechas, Manzanilla bastarda



El género Helichrysum esta formado por un grupo de plantas taxonomicamente muy complejo, ampliamente distribuido por toda el área mediterránea. A las especies de este genero se les llama helicriso, siempreviva, perpetua o manzanilla bastarda y son utilizadas desde los tiempos de Dioscorides como antiinflamatorias, digestivas, antimicrobianas y coleréticas.

Es una planta herbácea, si bien puede presentar una base leñosa. Sus tallos son erguidos y puede alcanzar una altura de 40 a 60 centímetros. La floración se da a mediados de primavera y en verano.
La manzanilla bastarda puede encontrase, de 0 a 1500 metros de altitud, sobre suelos secos y soleados, arenales, terrenos áridos, pedregales y matorrales. Muy frecuentemente está asociada a tomillares y está habituada a la escasez de agua, por lo que su presencia suele indicar pluviometrías escasas. No es exclusiva de las zonas costeras, aunque si es frecuente en numerosas dunas litorales. Durante el invierno puede aparentar ser una planta muerta, sin embargo con la primavera renace con fuerza.
Desde el punto de vista terapéutico interesa la recolección de las sumidades floridas, por lo que obviamente la perpetua se recolecta durante su floración. Una vez recolectadas, se ponen a secar a la sombra o en secadero artificial, recordando siempre que no deben alcanzarse temperaturas muy altas, ya que se pueden alterar los principios activos que contiene. Se conserva en frascos herméticos y alejados de la luz.

Antialérgica, antiinflamatoria, antitusiva, expectorante, febrífuga, antiséptica, diurética, colerètica y vermífuga.

Se revela como uno de los mejores remedios naturales para poner freno a las alergias, tanto las provocadas por el polen y el polvo como las originadas por agentes contaminantes como el humo o por ácaros. Facilita la expulsión de flemas y mucosidades y evita que prosperen las infecciones en los conductos respiratorios o contribuye a bajar la fiebre si la infección ya se ha producido. Por todo esto la perpetua sigue siendo un recurso válido en fitoterapia para combatir las dolencias respiratorias, desde el simple catarro con tos a afecciones de tipo alérgico como la rinitis, la fiebre del heno y el asma. No es menos eficaz para rebajar la inflamación de amígdalas y para tratar la bronquitis crónica y el enfisema pulmonar. Se ha indicado también para combatir las infecciones en el aparato digestivo, en casos de gastritis y como un agente reparador tras haber padecido una hepatitis. En uso externo se muestra muy eficaz para acabar con eccemas, hongos, incluida la candidiasis, y verrugas, así como en inflamaciones oculares, conjuntivitis e infecciones bucales




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