Vara de San José o Gamon
(Asphodelus albus) impresionante regalo de la naturaleza, la primavera aprieta
fuerte.
Se le denominaba como
“patata europea” o “patata de pobre”, y fue sustituida tras la llegada de la
patata americana. Esta planta tan abundante por nuestros campos, nos puede dar
muchos recursos si sabemos como obtenerlos. Sus tubérculos, así como sus
puerros, pueden ser usados como alimento una vez cocinados, siendo no
aptos par comer en crudo ya que en su composición se encuentra la asfodelina,
sustancia toxica que aumenta el pulso cardíaco.
Esta planta herbácea,
dependiendo de la cantidad de agua y la fertilidad de la tierra puede llegar a
crecer hasta 2 m de altura. Creciendo mejor en terrenos soleados que en la
espesura del bosque. Del medio del puerro crece su tallo floral, esta planta
podría encontrarse en algunos mercados españoles hasta la década de 1950.
Siendo los brotes primaverales los mas reclamados, una vez descubiertos de la
funda vegetal, aparece el puerro de una carne con un color amarillo y con un
intenso olor característico.
Para el consumo de sus
tubérculos, es recomendable una cocción previa, e incluso de poder cambiar
varias veces el agua. Su sabor es muy variable, siendo cuanto mas jóvenes
mejor. No se recomienda una ingesta muy prolongada debido a la presencia de
asfodelina. Otra forma de uso es transformándola en harina, gracias a la
cantidad de almidón, puede ser utilizada para fabricar pan. Mediante
fermentación de los mismos también podemos obtener alcohol, el cual sirve para
alejar a los mosquitos.
El tallo en si mismo ya es
un recurso, se puede utilizar para hacer cestos, como flecha para arcos
infantiles (o de pesca en cerco..) y además es una vara formidable para ser
usada como taladro el fuego por fricción manual.
Dentro de los usos
tradicionales, podemos ver que sirvió desde dar de comer a los cerdos, utilizar
la savia de sus raíces para los hongos de la cara y extremidades, se usaba
también como tónico, diurético y laxante. Uno de los usos mas singulares, es el
que se le da en Ubrique, pueblo de la provincia de Cádiz, donde los tallos tras
calentarse en una candela, se hacen explotar chocándolos contra una piedra,
esta costumbre antiguamente exclusiva de pastores y gentes de monte, tomo
relevancia tras usarse en la resistencia contra la invasión de las tropas
francesas, parte de los ciudadanos se echaron al monte y para hacer pensar a
los invasores que estaban bien armados, explotaban enérgicamente los tallos de
la vara de san José.
Gracias por la información, ahora voy a cocinar unos cuantos !!
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